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XI: "No quiero que te separes de mí".

  • 21kpoplicious
  • Sep 11, 2016
  • 8 min read

Hiroyuki An

Corre a por ella y la abraza por la espalda levantándola— Mía!!! Me he cazado una gatita

Roxanne Chavanel

Al sorprenderla, se carcajea y le jala entre los cabellos de la nuca—Miau miau Ayuda... me quieren violar —bromeó y besó su cuello con ternura—Buenas mi bebito ¿Cómo te siente?



Hiroyuki An

Suelta una carcajada y besa su mejilla de un modo sonoro buscando sus labios. —Cansado... pero feliz de poder verte.



Roxanne Chavanel

Suspiró notando el tono de su voz. Le miró de reojo acariciandole la mejilla—¿Quieres que vayamos a la cama ya o jugamos un ratito más?— preguntó acercando su rostro a su mejilla dejando varios besos pequeños hasta llegar a la comisura de su labio—mgh...



Hiroyuki An

Juguemos amor, pero prométeme algo, a las 12 me echarás si? —ronroneaba en su cuello— tengo que dormir sí o sí.... —sus manos andaban juguetonas sobre sus nalgas



Roxanne Chavanel

Al oirle asintió musitando—Harémos un trato, si... a las doce no te vas, te castigaré de verdad—entrecerró los ojos— te tendré una semana sin cenar(?)¿Trato?—cuestionó y jadeó ante el jugueteo de sus manos—Debes obederme... odiaria quedarme sin tus caricias... ah.



Hiroyuki An

Abrio los ojos por su voz imperativa y un tanto sexy. —Creo que mi ama a vuelto... —sonreía mirandola y se dejo caer al suelo arrodillado apoyando la frente en uno de sus suaves muslos.— Prometo irme a las 12... Ama... —miraba para arriba acariciando su mano— el otro día fui muy travieso



Roxanne Chavanel

De nuevo, era como si el sol y la luna volvieran a su respectivo sitio. Exhaló con cierto placer al notarle desde las alturas—Demasiado... ¿Te gustó serlo? ¿Te gustó rebelarte a tu dominante y hacerla desearte muy... dentro?—cuestionó al reclinar su muslo contra su frente, moviendo su pierna de forma que dejaba pequeñas caricias en su rostro—Creo que... más pronto que nunca harémos las compras... este miercoles ¿Te parece?



Hiroyuki An

Asintió un poco avergonzado y dejó un beso suave en la tierna piel de su muslo. —Me gustó... estabas preciosa gimiendo porque deseabas más de mi... siento haberte desobedecido mi dueña...

Sonrió un poco aliviado y asintió abrazandose aún más a su piernas. —Sí, amor. Quiero hacer la doma, y las sesiones. Necesito ver a mi dominante en toda su esencia.



Roxanne Chavanel

Roces suaves dejandole sentir las peque;as grietas entre sus labios. No quería dejar de mirarlo, lucía tan dulce, sumiso, entregado a su cuerpo, como un subdito a su reina, sin duda le quería calentando su cama todas las noches.

—He estado investigando algunas cosas, revisando otras para nuestra estadia en Japón... allí nos iremos para comenzar la doma y las sesiones, será nuestro pequeño mundo magico sensual—susurró acariciandole la cabeza, bajando a su orejita como si fuera su mascota—Te amo... en verdad espero nunca llegar a castigarte, aunque sé, será así.... es algo normal en la relación Dominante-sumiso...



Hiroyuki An

Ahora que se agachaba ronroneaba feliz al sentir como le acariciaba y besaba. Nada le gustaba más que sentirse querido por ella, porque ella era lo más importante para él.

—Por qué te preocupa castigarme amor? —Acariciaba su mejilla y se incorporaba despacio abrazando todo su cuerpo entre sus brazos y caminando hacia la cama para acomodarse mientras charlan.— A mi no me da miedo recibir un castigo tuyo... sé que depsués del castigo me darías una buena sesíon de mimos verdad?



Roxanne Chavanel

—Porque en el momento que te castigue, no podré mimarte, deberé dejarte ese tiempo para que reflexiones y tú mismo entiendas que no debes desobedecer... me sentiré la peor por desdibujar esa hermosa sonrisa en tu rostro... No castigo con golpes, sino de otras maneras, lo sabes... —mencionó al estar a su altura y abrazarle fuerte hundiendo su rostro en su cuello—Te amo An... y es por este tipo de situaciones que se dice que un Dominante y su sumiso no deben tener una relación sentimental, porque es el lazo tan profundo que este tipo de educación necesaria les resulta difícil de dominar y asimilar... Ah, es donde ambos crecemos, supongo—presionó sus labios contra los suyos dejandole sentir el profundo amor que sentía por él.



Hiroyuki An

—Yo solo desobedezco porque sé que mis travesuras gustan a mi dueña.... y vale la pena hacerlas por verte disfrutar tanto. Si me arriesgo a desobedecer... lo haré bajo mi propia responsabilidad, si merezco un castigo lo asumiré. —Acaricaba su pelo al verla preocupada por algo así.— La recompensa de volver a recibir tus besos y caricias después valdrá la pena.

La abrazó y acarició su cadera para guiarla y que se sentase encima de él.

—Quizás solo habla mi desconocimiento pero... no me importa mucho qué opine la gente sobre si se debe o no ser pareja... yo sé que tú y yo encontraremos el modo de disfrutar de nuestra vida privada como novios y de nuestra relación como dominante y sumiso del mejor modo, del modo que a nosotros nos parezca el correcto.



Roxanne Chavanel

Era como una vela derritiendo el iceberg de su corazón. Por unos instantes, escondió tan sólo escuchandole, derramando en silencio algunas lágrimas, se sentía bendecida, recompensada sin entender el motivo. Él era el hombre que siempre imagino de pequeña y ahora, el destino lo colocaba en su camino ¿Por qué hasta ahora?

Ahora, como su pequeña tomaba su sitio sobre sus piernas, abrazandose a su cintura, pegando su sien a su pecho, escuchaba su tono templado y su respiración calmada—Nadie comprenderá jamás el principio ni infinito de nuestro mundo... sólo nosotros—afirmó con él entre sonrisas y dio un besito esquimal.



Hiroyuki An

—Amor... —vio un ligero brillo en su mejilla y se asustó, por qué lloraba?— mi amor... no llores preciosa. —besaba las lágrimas con sus labios para borrarlas.— ¿Son demasiaddos sentimientos acumulados?

Recibió el beso con una sonrisa. —Qué nadie te diga que lo que hacemos está mal o está bien, porque no es ni una cosa ni la otra. Solo somos nosotros, aprendiendo, haciendo las cosas lo mejor qeu podemos, poniéndo en ello todo el corazón.

—Roxanne, el amor definitivo, la mujer con quien moriré a su lado... te amo


Roxanne Chavanel

Me haces muy feliz... me haces sentir plena y a veces... recuerdo todas esas noches cuando lloraba, cuando suplicaba por algún desastre natural, un atentado, algo que detuviera mi boda con él pero no... nada sucedió y de pronto... cuando más opaca me sentía cuando más invisible era, apareces tú llenandome de colores, de sabores, de tu luz.... ¿Cómo sobrellevar todo esto?—se cuestionó en voz alta al final mirandose en sus ojos. Sus besos eran como curitas a su alma y eso aliviaba el ardor en su interior.

An... el hombre que sin duda llevaré a donde vaya, aquí o en la inmortalidad, siempre juntos... te amo—selló su promesa entre sus labios, moviendolos con lentitud de arriba hacia abajo entre caricias detras de su nuca,



Hiroyuki An

—Ojalá hubiese aparecido antes amor... ojalá hubiese podido cogerte de la mano el dia de tu boca y sacarte de allí. —suspiraba sintiendo su intensa mirada en él— ahora.. quién sabe... quizás serías mi mujer y no tendríamos que estar aquí ocultándonos.

—Escuchó auellas palabras llenas de dulzura y amor y se acercó al mismo tiempo que ella para besarla con toda la intensidad que requería el momento.— No quiero separarme de ti...

Roxanne Chavanel

—Yo no quiero que te separes de mí... aun cuando hayas acabado de llenarme de ti—susurró entre sus labios, introduciendo su lengua, acariciandole por los laterales—me fascinas en todos los sentidos...—se reclinó contra su cuerpo haciendole caer lentamente sobre el largo del sofa—Abrazame muy fuerte...—pidió comenzando un camino de besos de su cuello a sus tetillas.



Hiroyuki An

—Nunca me iré de tu lado preciosa, cuídame mucho. Prometo cuidarte con mi vida. —Recibía aquellos besos entre ligeros gemidos y respiraciones agitadas. Deseaba poder mostrarle lo que realmente sentía en su corazón, pero aún se sentía incapaz de mostrarlo con palabras o gestos. ¿Sabría ella lo mucho que la amaba y que no solo era palabras?

—Ven mi vida... —la estrehcó contra su pecho y comenzó a besar su frente y su pelo— dónde vas traviesa'? hmmmfff.... —sintió como pasaba por encima de uno de sus pezones— amor...



Roxanne Chavanel

—Voy...—decía con cierta travesura lamiendo sus tetillas, jalandole la piel de los pectorales mientras sus yemas acariciaban el largo de su espalda hasta su cintura—Voy a comerme un lindo gatito antes de que vaya a dormir....



Hiroyuki An

—Eso suena bien rico... con lo bien que cuidas a este gatito no te sacará las uñas nunca.

Gemía totalmente excitado, antes de que pudiera llegar con su viaje de besos a su erección el ya estaría completamente duro. Esa era una de los beneficios de ser un hombre joven y fuerte.

—amor... quiero sentir tu saliva... sobre mi erección



Roxanne Chavanel

Descendió con lentitud, no planeaba apresurarse, él era su más exqusito platillo y como tal, le degustaría cada centimetro—Tu piel tiene un sabor tan exquisito, es agridulce... me fascinas—susurró entre besos, succiones, rasgaduras y lamidas por sus musculos. Llegó hasta su cintura baja y jadeó con fuerza, caliente, sintiendo como debajo de su pantalón algo quería salir, era un grito desesperado. Desabrochó su cinturón y bajó su cremallera, tentandole entre delicadas caricias delineando su forma.



Hiroyuki An

Respiraba agitado, inquieto y un poco ansioso por sentirse dentro de su boca. Desde la mañana cuando había sido él quien le había cuidado con un buen cunnilingus para que pudiera dormir bien, él tenía en la mente sentir el cuerpo de su chica, sus labios y sus caricias.

—Saboréame todo lo que desees amor, soy tuyo. Desgástame como un helado.

Se agarraba a la sábana por la desesperación de sentir las caricias de sus dulces dedos sobre la tela.

—Cógela amor, es tuya



Roxanne Chavanel

Se sentía tan caliente, carnoso, deseaba sin dudas llevarselo a la boca de un sólo trago. Por lo que, ahora su nariz lo tentaba delineando su largo, sus venas por sobre la tela. Jadeó debajo de su miembro, sobre sus genitales y muslos, chupó estos y dio pequeñas palmadas haciendole vibrar los muslos. Jaló la tela por debajo, liberando sus testiculos. se humedeció la boca con su saliva y atrapó con sus labios, chupandolos hasta sumergirlos en su interior—Mgh...



Hiroyuki An

—ah... que rico amor... —gemía de palcer y suspiraba buscando su cabeza con sus manos. recogió su pelo en una colita alta y comenzó a mover la cedera contra la boca de ella buscando sentirla más.

—chupalos amor... succionalos.. haz lo que te plazca con ellos... —le encantba como nunca se olvidaba de mimar a sus testículos también. aunque muchas mujeres los ignoraban era una gran fuente de placer y por supuesto ella concoía su cuerpo a la perfección.



Roxanne Chavanel

Respiraba el aroma de su piel, exhalaba caliente sobre la misma. Llevó su par de caramelos de una mejilla a otra, empujandole con su lengua, rasgandole con sus dientes, succionandolos una y otra vez sintiendoles burbujear en su interior, los liberó mojados de sí y ahora, su rostro iba en busca de algo más... su filete.



Hiroyuki An

Cuando succionaba sus testículo la piel que los conectaba se estiraba causandole sensaciones increibles un cosquilleo directamente desde la base de ano, en ese peuqeño puente que tanto placer le causaba.

—Más, más amor... chúpala... métela entera en tu boca

Guapa mía

Te amo



Roxanne Chavanel

Se metió dentro de su boxer, jadeante, excitada por completo, dejó un camino de besos y lamidas mientras ascendía hasta tocar su anilo, lo chupó lentamente por derredor y con su lengua jaló su glande a su boca, le recibió entre húmedos aplausos llevandole por sus mejillas. Sus manos fueron a su cadera empujandole contra su cara, logrando meterlo a la mitad, abrazó a su cadera volviendo a empujarle hasta tocar su campanilla y entonces, comezó un mete-saca sin liberarle, apretando sus labios para que le fuera difícil salir de su interior-Mgh..mmm.



Hiroyuki An

un progundo gruñido llenó toda la estancia, sus labios le habían atrapado por completo y ahora su cuerpo se llenaba de escalofríos de placer.

—Mi amor... tu boca, tu boca es el cielo mi vida. —suspiraba excitado mientras acariciaba su pelo, undiendo sus dedos en la suavidad de sus ebras.

Podía notar como sus estmulaciones variaban y cada cambios se convertía en un placer mayor, sobre todo cuando podía notar todo el calor de su boca rodeándole.


 
 
 

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