XIII: "La mujer más poderosa del reino".

Hiroyuki An seré lo que tu desees hazme tu mascota un pequeño gatito y el no lo sabrá hahah

Roxanne Chavanel Tú guardaras mi cuerpo com recelo ♥ Hiroyuki An eso sin duda no podrá tocarte en mi presencia le arañaré entero

Roxanne Chavanel Castralo(?) Amor, estuviste exquisito. Hiroyuki An tu si que lo has estado eres la mejor Roxanne Chavanel Aun con la pelea de quien penetraba a quien(?) Hiroyuki An hahahahaah eso ha sido delicioso cariño quisiste domar a un león has domado sus sentimiento y su alma por completo pero sigue siendo un león y tiene sus instintos Roxanne Chavanel Soy una leona bastante intrépida(?) pero el rey, es el rey -los vídeos sexuales no mienten, es un bestia(?).

Hiroyuki An pero te aseguro que para él, sentir como su dueña le pentraba por primera vez ha sido una experiencia preciosa y inolvidable que va a querer repetir siempre que ella lo pida

Roxanne Chavanel Te entregaste a mí, ha sido el mejor obsequio que he recibido ♥

Hiroyuki An Soy tuyo al 100% mi cuerpo te pertenece y mi alma mucho más

Roxanne Chavanel Cada molécula tuya tiene mi nombre. Hiroyuki An No lo dudes Roxanne no dudes de mí ni un segundo porque será un segundo perdido estoy deseando experimentar la doma contigo y todo lo que venga después

Roxanne Chavanel Confio en ti An, no dudo ni podría dudar de ti, tu mirada me dice la verdad. Hiroyuki An Pues mis acciones te lo confirmarán -sonríe feliz y la estrecha entre sus brazos- Roxanne Chavanel Tus caricias, sonrisas y besos te delatan amor. Hiroyuki An Verdad? Aunque quisiera ser un sumiso frío no podría me has prendado

Roxanne Chavanel Eres como un niño... con un corazón muy puro, eres mi niño, mi tesoro, a quien no pretendo compartir nunca. Hiroyuki An sabes que solo soy así contigo verdad? yo he hecho cosas terribles en el apsado... Roxanne Chavanel Me importa quien eres ahora, tu pasado formó quizá parte de tu carácter pero dando este paso volverás a ser la verdadera persona que habita en tu interior... recuerda que de eso va la educación de BDSM. Hiroyuki An Solo tú veras a esa persona en mí? Roxanne Chavanel Antes de llegar a este punto, yo notaba el destello de mi diamante entre rocas... Sólo yo conocere tu lado vulnerable pero tu lado más deseado quedara expuestos como mi orgullo, eres mi obra de arte amor. Hiroyuki An eso quiero ser preciosa.. tu ser más preciado de lo que te sientas más orgullosa Roxanne Chavanel -lo aferró a su pecho diciendo a su oído-lo eres An, creelo- acarició su nuca y frontó su espalda- deberías llevarme a la cama... ¿te sabes algún cuento? Hiroyuki An me sé muchos... -sonrió cargandola con sus brazos como si fuese una princesa. caminaba de un modo relajado hasta la cama donde la acomodó pasando un brazo bajo su cuello para que se apoyase en el a modo de almohada. -había una vez, la mujer más poderosa del reino. no solo era exitosa, inteligente y dulce también era preciosa, como una ninfa, una belleza casi irreal. A pesar de todas sus riquezas y de su fama no era feliz, se sentía vacía y anhelaba algo que nunca había tenido. un día, encontró a un pobre muchacho, un hombre simple pero de buen corazón que se dio a ella sin pensarlo. Convirtiendola en el centro de su vida, ella era la luna y el sol que guiaban sus pasos y todo lo que necesitaba para respirar. Ella se sentía completa con él a su lado, porque podía educarle, cuidarle y mimarle. Juntos parecían fuegos artificiales... lo malo de este cuento es que todavía no tiene continuación ni final preciosa Roxanne Chavanel Se aferró a su cuello mirando como se acercaban a la puerta principal. Al acurrucarla sobre su brazo, tomó su otra mano como si fuera una manta. Sus párpados trataban de mantenerse alzadOS pero cayeron lentamente con la melodía de su voz. Al pasar los minutos, su voz era cada vez más lejana, un susurro al viento por lo que se aferró a su cuerpo por el frío—Somos nosotros... ¿ver...—y en ese instante, se sumergió en sus sueños donde él era su protagonista. ​ Hiroyuki An Siempre somos nosotros... -sonreía feliz al ver como caía dormida. Estiró como pudo el brazo y la tapó con una manta sin alejarse d eella ni un centímetro. Se quedó la noche entera a su lado. Dándole calor y cariño.